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IV - Te guían.
Elsie no está en el campamento en El Más Allá. Tal vez en otro momento… pero Eris acaba de teletransportarse y se encuentra con que solo el Vagabundo está interrogando al extraño compañero volador de Elsie.
"¿Y bien? ¿Qué eres?", el Vagabundo apunta al objeto con desconfianza.
"Déjalo. Nos espera un experimento en el zigurat", dice Eris mientras se sube a un colibrí casi completamente materializado para luego avanzar a toda velocidad entre la nieve, hasta el otro lado de los llanos gélidos de Europa.
"… ¡y no toques mis cosas!", ella escucha que el Vagabundo le grita al objeto antes de seguirla.
En lo más alto del zigurat, la aguanieve helada abrasa la cara roja de Eris, pero prefiere esa sensación al entumecimiento punzante que le inmoviliza los dedos. Con una mano enguantada, agarra con fuerza el tallo del hongo Egregor obtenido. Con la otra, un destello ardiente derrama nubes de humo color jade.
Enciende el tallo por ambos extremos a pedido del Vagabundo. Las esporas de incineración se convierten en densas nubes que envuelven su cuerpo y obscurecen su visión con un velo de hollín negro que no le permite ver nada más.
Susurros tenues.
Un coro en crescendo a través de vientos turbulentos.
Una tonada que forma palabras en la superficie de su mente.
"¿Lo escuchas?", pregunta el Vagabundo; su voz es un susurro fuera de su conciencia.
El zigurat resuena como un diapasón. Las vibraciones adquieren forma dentro del humo. Eris se ve atraída a un lugar distante y vacío. Ella sigue; el humo se arremolina con puntos de color que se ven como estrellas separadas por grietas solitarias de extensión negra. De la profundidad oscura, unos ecos irradian como ondas gravitacionales a través del espacio, que anegan las estrellas hasta chocar contra otros cuatro puntos, dos fuertes y dos débiles. Entre ellos hay hebras espectrales de Egregor incorpóreo.
Es entonces cuando ve las Pirámides de Europa, la Luna y el Mundo Trono de Savathûn, como una sola estructura que se mezcla y se traslapa. Las conexiones se cauterizan en su mente como un recuerdo nítido.
Eris parpadea y la sensación desaparece. En su mano el tallo está convertido en cenizas.
